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Canadá, segundas partes sí fueron buenas

El segundo viaje a Canadá acogió a más de cincuenta personas con ganas de pasarlo bien y disfrutar de la aventura canadiense

En su segunda salida a Canadá, el viaje podría describirse como un éxito rotundo, de la misma forma que sucedió con la primera salida a principios del mes de mayo. Y es que el país no defrauda a nadie; su relativamente breve historia no deja indiferente a quien lo visita, ya que puede presumir de una arquitectura impresionante que ya querría algún país del Viejo Continente, su naturaleza deja paisajes espectaculares y la amabilidad de su gente hace que el turista se sienta bien acogido. Marisa Costa, del Club del Suscriptor, destacó precisamente el buen trato en los hoteles y restaurantes durante el viaje, además de la buena comida. Ricardo Alemany, de Halcón Viajes, volvió a acompañar al grupo en esta segunda salida. Como ya ocurriera en el viaje anterior, los suscriptores recibieron una mochila de Ultima Hora que pudieron usar durante el viaje, un buen regalo de cumpleaños y de aniversario para tres de los viajeros.

LAS VISITAS
Toronto fue una de las primeras ciudades en las que hicieron una visita panorámica; en ella los rascacielos dominaban por completo el lugar, la torre CN, de 553 metros de altitud, competía con ellos.

Visitaron las Cataratas del Niágara, donde un barco les adentró hasta casi el corazón de las mismas.

Tal como se ha comentado, ha llamado la atención de los suscriptores el contraste en la arquitectura de las diferentes ciudades. Es el caso de Ottawa, de inspiración inglesa con el Parlamento Canadiense de estilo neogótico como principal representante, o de Québec, una ciudad francófona con un encanto y estilo europeo único en el continente americano; en esta última, uno de los edificios más destacados y conocidos es el castillo Frontenac. Aquí, también visitaron el Petit-Champlain, un pintoresco barrio de la zona. El Parque de la Catarata Montmorency impresió como si de las mismas Cataratas del Niágara se tratase; los bellos parajes del parque, rodeado de bosques y puentes colgantes, quedaron en la retina de los suscriptores, que no dudaron en fotografiarse en todos y cada uno de los lugares.

Asimismo, acudieron a una de las tradicionales cabañas de azúcar de Canadá, de donde es famoso el jarabe de arce, y en la que disfrutaron de una comida tradicional cuya sobremesa estuvo marcada por la música del folclore típico del lugar.

Visitaron Kingston, una importante localidad universitaria y militar, y Montreal, una de las ciudades de habla francesa más grandes del mundo, así como también realizaron un crucero para conocer el parque de las Mille-Illes, una de las zonas más bellas del río San Lorenzo.