Bajo el Puig Major, la montaña más alta de las Illes Balears, se esconde esta cala con vistas al horizonte y aguas cristalinas. Situada entre Morro de sa Vaca y Morro de ses Fel·les, Sa Calobra reúne todos los requisitos para ser un reclamo turístico a la vez que un rincón secreto en el que pasar las horas. Lejos de la población, con aguas claras y limpias y en una zona privilegiada y hermosa, la cala se hace con todas las virtudes que hacen que merezca la pena recorrer más de 14 kilómetros de curvas para llegar a ella por carretera; aunque en esta ocasión no fue necesario pues el trayecto fue en barco. RECORRIDO
El pasado domingo más de cien suscriptores disfrutaron de una visita a la maravillosa cala. Para ello, tuvieron que madrugar, pero mereció la pena, ya que volvieron muy contentos. A las 9.20hs cogieron el tren a Sóller y, después, el tranvía y el barco para llegar a su destino, más o menos hacia las 13.00hs. Allí se encontraron con la compañía de un día espléndido y con una playa abarrotada de gente, aunque no por ello dejó de perder su encanto. Niños, jóvenes y familias se unieron a la masa de visitantes y gozaron de unas temperaturas cálidas y un agua fresca y muy limpia. A la hora de comer, algunos optaron por traer su propia comida y seguir en la playa, otros se decantaron por acudir a los restaurantes de la zona.
Por la tarde, una bandada de medusas hizo acto de presencia en la costa, sin embargo, los aventureros siguieron disfrutando de su día especial. Finalmente, a las 16.30hs, los excursionistas se dirigieron al tren de Sóller, esta vez por la costa para contemplar las maravillosas vistas al infinito. De camino a casa, muchos cayeron rendidos.