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Nueva ruta por Palma

Palma volvió a sorprender con la historia y simbología de sus patios más emblemáticos

El centro histórico de la ciudad fue el escenario para una nueva visita guiada por los patios de Palma, organizada por el Club, de la mano del escritor, historiador y dinamizador cultural Gaspar Valero. El pasado 3 de mayo, un numeroso grupo de suscriptores acudió a la cita dispuesto a vivir una gran experiencia. Durante el recorrido, los patios de Palma adquirieron una nueva dimensión a partir de las detalladas explicaciones de Valero.

Cerca de las cinco de la tarde, se fueron acercando a la plaza de Cort los suscriptores que se apuntaron a la actividad. Ya todos reunidos, y en compañía de Ana Pintos, del Club, se inició la visita. No sin antes inmortalizar el momento en la foto de grupo para la que posaron frente al hermoso olivo de Cort.

Para comenzar el recorrido se dirigieron hacia el hotel Sant Francesc. Un exquisito edificio que se erige sobre una casa-palacio construida en 1860 y que fue restaurada respetando elementos originales como vigas, suelos de piedra, artesonados de madera, frescos y pinturas murales. Una vez dentro de esta joya del casco histórico, los suscriptores pudieron admirar y conocer los entresijos de su hermoso patio interior.

La animada visita continuó por diferentes patios también reconvertidos en hoteles de lujo, a los que le siguieron aquellos que se esconden en conventos y casas particulares; muchas de ellas rehabilitadas por nuevos propietarios que han mantenido el estilo y las características de la época. En estas últimas pudieron apreciar los antiguos escudos de las familias a las que pertenecían y fachadas con historia y renombre. Valero entusiasmó a todos los presentes con sus detalladas explicaciones por cada una de las calles del recorrido; entre ellas, Can Serra, Miramar y calle de la Portella, desde donde se dirigieron al Museo de Mallorca y al Convento de Santa Clara.

El grupo continuó hacia la Catedral de Mallorca para admirar las murallas romanas y renacentistas que protegían la ciudad. La visita finalizó muy cerca de las ocho de la tarde en el Casal Solleric, donde los suscriptores pudieron disfrutar, aún más si cabe, de los relatos de Valero.
Sin duda fue una tarde encantadora, llena de historia y cultura, que cumplió a plenitud con todas las expectativas.