El pasado 18 de agosto, un grupo de suscriptores del diario se reunió puntualmente a las 9.45 horas en una cita con su Club para volver a disfrutar de una de las salidas más deseadas del verano mallorquín. Ya lo advertían los anuncios publicados sobre esta excursión, sería ‘un día mágico y veraniego’, y así se cumplió.
La costa mallorquina no defrauda y es realmente impresionante observar el encanto de la Isla desde la perspectiva del mar, en vez de a lo que estamos acostumbrados, observar el mar desde tierra. Y es que la espectacularidad de sus paisajes fue objeto de cientos de fotos mientras se navegaba a bordo de la compañía Barcos Azules, en una travesía que discurría entre el Puerto de Sóller y sa Calobra. Por supuesto, en un día tan caluroso no podía faltar el tiempo para el baño. Un refrescante chapuzón en cristalinas aguas antes de dirigirse al Restaurante La Calobra que deleitó al grupo con un menú que incluía entrantes, paella, bebidas y postre.
Mita Estarellas fue la responsable del Club en acompañar a los suscriptores; de la jornada, destaca el momento de sobremesa que compartieron todos los que no optaron por darse otro chapuzón, «un momento entre amigos fabuloso», asegura.