Un viaje intenso en el que hubo tiempo para todo: visitas culturales acompañadas de experimentados guías locales en los lugares más destacados, gastronomía extremeña regada con los caldos de la región, tiempo libre para las compras personales... El viaje a Extremadura que arrancó la semana pasada, ofrecido por el Club y organizado Viajes Canals - Manacor, permitió al grupo de socios visitar tanto la parte norte como el sur de Extremadura durante cinco días muy completos, con visitas tanto a la provincia de Cáceres como de Badajoz.
A su llegada, disfrutaron de una visita panorámica a Mérida y un paseo por el centro de la ciudad junto a Valentín, un experto guía local con quien conocieron todos los detalles de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y conocida como Emérita Augusta, una de las urbes más brillantes del imperio romano; en ella visitaron la Plaza de España, la calle peatonal Santa Eulália y el Templo de Diana.
Cáceres fue la protagonista del segundo día. La nota predominante fue su extensa riqueza arquitectónica, que se ubica principalmente en el casco antiguo, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1986 y que ha obtenido varios premios por la monumentalidad de su patrimonio. En Plasencia, ya por la tarde, conocieron la Catedral Vieja y Nueva, el Museo de la Catedral, la iglesia de San Nicolás, los restos de las murallas del siglo XII que rodeaban la ciudad, la Torre Lucía y el Cuartel. El ritmo del segundo día avecinaba ya un viaje intenso en visitas y muy productivo.
Rosa fue la guía oficial que les esperó a la mañana siguiente en Jerez de los Caballeros, lugar de nacimiento de Vasco Núñez de Balboa, descubridor de Florida y explorador del Misisipi. Tras un paseo por sus blancas callejuelas, llegaron al Palacio de la Vicaría, que alberga el museo en el que se custodian las piezas de orfebrería y tesoros de los templos de Jerez. Tras la comida, llegaron hasta Zafra: la iglesia Colegiata de la Candelaria, el Convento de Santa Clara, los palacios Casa Grande y de los Duques de Feria, y la Alcazaba dieron forma a la jornada cultural. El broche final lo puso la Bodega Medina, donde una de sus propietarias, Eva, les explicó las peculiaridades de los caldos que producen en esta bodega familiar.
Al día siguiente les esperaba una jornada en Trujillo. Allí, Ainhoa les guió, entre otros, por la ermita de San Pablo o la iglesia de Santiago, donde se conserva la talla del Cristo de las Aguas. Badajoz fue la última de las visitas, ya por la tarde, donde recorrieron su casco antiguo, la Alcazaba por la Puerta de Atalaya para visitar una de las fortalezas árabes mejor conservadas de España.
La última mañana disfrutaron de tiempo libre en Mérida, que aprovecharon para visitar su reconocidísimo Teatro Romano y dar un último paseo por su centro antes de desplazarse a Madrid para poner fin a una experiencia única en la que la conexión del grupo se hizo notar desde el primer momento.