El pasado 4 de julio Marta Rivera de la Cruz presentó en el hotel Hilton de Sa Torre su nueva remesa editorial, La vida después. Una historia en torno al complicado mapa de los sentimientos donde hay lugar para los conflictos, los celos y la envidia, pero también para el cariño, la lealtad y la entrega. Tras la presentación hubo un cóctel.
-¿Cuál fue el punto de partida de La vida después?
-Una reflexión acerca de las posibilidades de la amistad entre un hombre y una mujer sin sexo de por medio, quería escribir una historia en la que prevaleciese la amistad por encima de todo.
-¿Podría describir la personalidad de Victoria, la protagonista del relato?
-Es una triunfadora, tiene la vida de cara. Pero también tiene muchas carencias y un reverso oscuro, ya que en el fondo ha dado la espalda a la felicidad.
-La vida después es una prospección emocional en el ámbito de las relaciones entre mujeres, con ello se ha ganado al público masculino... pero ¿cuál es el gancho para el femenino?
-Todas las mujeres que aparecen son reales e imperfectas, representan todos los arquetipos femeninos, así que es muy fácil sentirse identificado.
-¿Piensa que la escritura es algún tipo de terapia?
-Para mí es una extensión de la lectura, leo y escribo porque me gusta vivir historias que no son mías, es una forma de acceder a mundos y vivier en ellos.
-¿Qué es lo mejor que le ha permitido hacer la escritura?
-Administrar mi tiempo.